miércoles, 9 de enero de 2013

Estamos entre ladrones y traidores

El nivel de hijoputismo en este país roza ya límites insospechados. Al título de la entrada me remito, una plaga de chorizos y judas que se expande a lo ancho del territorio nacional. En el mapa(desactualizado) que podéis ver a continuación se puede observar la cantidad de amigos de lo ajeno que tenemos en los cargos públicos. Eso sí, que nadie se preocupe, pocos han sido los que han cumplido condena por traficar con el dinero de los españoles. Casos archivados, fianzas adaptadas con la colaboración de sus jueces...


No contentos con los favores para evitar la cárcel, muchos de ellos no sólo no dimiten, además se vuelven a presentar en las elecciones siguientes. Fue actualidad durante meses el caso de corrupción en Marbella, no por lo grave del asunto sino por el toque de salsa rosa que tenía con Isabel Pantoja metida en el meollo. Ese, junto al de los trajes, han podido ser de los pocos que han tenido repercusión mediática en los últimos años. ¿Y el resto? El resto callados por su prensa manipuladora, nos enteramos de poco, de muy poco.


Mientras los desahucios van en aumento y, los suicidios por éstos, la casta política hace y deshace a su manera en ayuntamientos, diputaciones y parlamentos. Seguro que alguno de ustedes conoce el caso de alguien que, en una situación más que desesperante ha hurtado algún producto de primera necesidad y ahora cumple exhaustiva condena por ello. Mientras, los que trafican con el oro del pueblo viven cómodamente en sus lujosas casas. Ojo, con ésto no defiendo los atracos indiscriminados a lo Gordillo Hood, aunque la situación sea más que desesperante siempre hay otra opción. La denuncia va dirigida a 'nuestra' justicia, la que ampara a ricos y foráneos mientras discrimina a los españoles de bien. 

Por otra parte tenemos a los traidores. En otros tiempos, los enemigos de nuestra España solían ser gentes de otras naciones o pueblos, hoy día los tenemos en nuestra propia ciudad, en nuestra propia calle. Empezando por los más claro y visibles, esos independentistas de tres al cuarto que con oír el nombre de España ya comienzan a sudar. Anclados en una realidad difusa enarbolan feas banderas manchadas con estrellas comunistas. Por otro lado tenemos a los defensores de la II república, los que cada noche antes de irse a dormir pronuncian frente al espejo tres veces el nombre de Ibarruri por si aparece y les hace compañía en sus sueños. Y por último aunque de forma menos visible están todos los defensores del bipartidismo, sí. Por muy españolitos que se crean algunos son más traidores que l'Artur Mas. 

España esta rota desde hace muchos años, esta absurda democracia que se supone, es defensora de los derechos y libertades no cumple ni la mitad de sus enunciados. A día de hoy estamos entre ladrones y traidores.

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