jueves, 10 de octubre de 2013

El grito de un obrero español

Buenos días, 8.45 AM de un 10 de octubre, no es más que un día cualquiera, otro día más que me amanece, otro día más que sale el sol. Es poner un pie en el suelo, y lo primero que se me viene a la cabeza, es ¡Viva España! ¡Arriba España! La vida me da otra oportunidad, para mirar hacia adelante y hacer lo que es mi deber: trabajar, trabajar y trabajar.

En estos tiempos difíciles, donde el sistema está corrompido y desecho, donde la derecha no es derecha y la izquierda... Prefiero dejarla en puntos suspensivos. Sociedad en la que todos tienen derechos. En este país, el que es español tiene derechos porque es español, y el que viene de fuera, casi tiene más derechos porque la izquierda así lo reclama.


Todo esto está muy bien, cuando el personal tiene ganas de trabajar, pero resulta que esa izquierda que presume de clase obrera, "trabajadores", resulta que con el paso de los años se ha vuelto muy selecta, aquellos trabajos que requieran esfuerzo físico, haya que agachar el lomo, o simplemente echar mas horas de lo normal, ese trabajo no es para ellos. Así sí es muy fácil, ayudas familiares por aquí, ayudas de madres solteras, personal trabajando y a la vez cobrando el paro. Así, ¿cómo queremos levantar? ¿Dónde está el futuro? 


Cuando esos hijos de sus padres, día a día ven que los que tienen que ser su verdadero ejemplo a seguir están en el sofá tirados, o de cervecita en el bar a costa de las "ayudas", yo en muchos casos, estoy empezando a considerar todas esas ayudas limosnas para algunos desgraciados, que lo quieren todo hecho, que no piensan mover un dedo y sin oficio ni beneficio quieren tener una clase social elevada y no asumen que eso hay que ganárselo. Si eres un mediocre y quieres ser algo más, hay que luchar, hincar el lomo, arrimar el hombro. Si no tienes para comer en casa, no fumes; si no tienes para los libros de tus hijos no bebas en el bar a costa de la ayuda que te dan gracias al dinero que me quitan de mis horas de trabajo. Yo no tengo nada, soy un clase media, un currante y lo asumo, pero algún día llegaré arriba, poco a poco, pero con tesón la vida me dará la recompensa. ¿Qué recompensa espera aquél que no da nada, aquél que no mueve un dedo, aquél que se pasa por el forro los valores, el respeto, el orden y la disciplina?

Yo soy español, un hombre que se viste por los pies, defiendo la unidad de España, lucho por un futuro, que el día de mañana pueda seguir levantándome para trabajar, sabiendo que mi espalda estará cubierta, que estos chorizos no roben lo que he conseguido con mis manos.


España es muy grande, pero aquí no cabemos todos. Hago un llamamiento al orden, somos muchos en este país, quien no asuma las clases sociales, quien no asuma que si no eres español aquí no tienes derecho a nada, aquellos vagos, aquellos maleantes... No tienen cabida, ni se merecen el lujo de decir que son españoles, o que viven en España o simplemente vestir con nuestros colores.
España es una y no cincuenta y una, a quien le guste bien y a quien no también, esto es España y aquí hay que mamar, nadie regala nada, y a falta de pan buenas son tortas, quizás en muchos casos fuera necesario, mano dura para todos, desde el político de izquierda mas guarro que haya, pasando por los inmigrantes que abusan en este nuestro territorio hasta el mas sinvergüenza y corrupto español que haya, estos no son dignos de nuestros colores y nuestra patria.


Dicho todo esto, sigo en mi tarea, trabajando como Dios manda, nadie me regala nada, y las cosas cuestan mucho conseguirlas, pero aquí seguiré, no hay que bajar los brazos.


¡Viva España! ¡Arriba España!



Esta es la voz de Manuel, obrero. Patriota. Camarada.

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