Nuestro carismático amigo Josep Anglada visitaba hace poco la localidad de Torrejón de Ardoz en un intento de conquistar tierra extranjeras(no olvidemos su sentimiento separatista). Este señor que con su fina prosa intenta encandilar las almas necesitadas del pueblo. Se aprovecha de la necesidad por soluciones, del rechazo al invasor para hacer campaña.
Miente más que habla y parece ser que fuera de su "territorio" ya lo tienen calado; solo 40 asistentes en una población de más de 120.000 vecinos. Nadie se cree ya las mentiras de ese caballero, promesas que cayeron en saco roto después de las elecciones municipales en las que lo único que quedó claro es el descontento de la población frente al invasor.
Pues bien, después de ese subidón producido en las municipales, Anglada pretendía expandir su partido al resto del territorio nacional, craso error. Se topó con la realidad, fuera de Cataluña no lo quiere nadie y allí cada vez son menos sus adeptos.
Josep, toca volver a la vieja Cataluña con las orejas gachas.
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