Y estos mártires del inconformismo y la rebeldía, llegan a casa y comienzan a aporrear teclados pidiendo la movilización social, la toma de las calles por parte del pueblo, la reivindicación de los derechos, pero eso sí, todos con la tricolor en el pescuezo, el puño levantado y ojo avizor no se nos cuele un violento fascista.
No sabía que el derecho de admisión se reservaba en estas reuniones.
Aquí la última y aplaudida expulsión de unos patriotas.
Y del amigo que subió este vídeo, parece que no concibe eso de libertad de expresión, daos una vuelta por los comentarios y es que no deja ni uno el tío, hasta me bloqueó de escribir.
Un aplauso para él.
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