Parecía que el verano tocaba a su fin y en el sur de España no íbamos a tener ningún sobresalto de éstas características. Canarias, Baleares, y todo el levante español ha sido víctima del fuego y el terror. Un verano que va a quedar marcado por este atentado a gran escala contra nuestro pulmón, nuestra vida, nuestra tierra.
Pero permitidme pensar más allá de un simple pirómano que le encanta ver las llamas reflejadas en sus pupilas. Aquí hay un motivo aún mayor. Es mucha casualidad que eliminaran la ley que prohibe edificar en suelo quemado hasta pasados X años. O ese mapa que circula por la red en el que se puede ver que los fuegos provocados en la zona de Valencia y Cataluña casan exactamente con los nuevos tramos ferroviarios que se quieren construir. ¿Facilitar el trabajo? ¿Aprovecharse del suelo quemado para venderlo y que a la larga se edifiquen exclusivas urbanizaciones?
Debe ser también coincidencia que los incendios hayan ocurrido en sitios tan turísticos y de obligado peregrinaje cada fin de semana como podía ser Barranco Blanco. Sí, será eso, casualidad, coincidencia, pensamientos de un loco como yo y de otros tantos que intentamos abrir los ojos pero siempre hay una mano que nos tapa el sol. Llevarán razón...
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